Se ha demostrado que, después de su uso, las personas retoman el 50% del peso perdido.
Le llaman “la droga de Hollywood” porque promete una reducción de peso significativa y está siendo utilizada “masivamente” por artistas e influencers. Sin embargo, no se trata de un producto creado para tal fin. Es un medicamento para tratar la diabetes. Y he ahí precisamente el peligro.
Las inyecciones análogas de la GLP-1, como la Semaglutida o el Ozempic, diseñadas para controlar la diabetes tipo 2, provocan, adicionalmente un efecto en el peso. Esta razón ha generado un uso descontrolado y, en ocasiones, problemas de disponibilidad en las farmacias.
El sobrepeso y la obesidad son enfermedades crónicas para las que constantemente estamos buscando un “milagro”. Si bien es cierto que los medicamentos mencionados ayudan a perder entre un 5% y un 10% del peso, también tienen un “efecto rebote” importante. Se ha demostrado que, después de su uso, las personas retoman el 50% del peso perdido.
Su uso debe ser indicado por un médico entrenado en la dinámica de dichas drogas. Un examen físico y analíticas iniciales son fundamentales para ver el estado inicial del páncreas, debido a que la inflamación de este órgano es un efecto secundario grave.
Además, provoca otros efectos indeseados como náuseas, vómitos, diarreas, hipoglucemia, enfermedades de tiroides, distensión abdominal o reflujo gastroesofágico.
Mi recomendación es no dejarse llevar por las modas de las celebridades de turno, que recomiendan un fármaco que en sí no está creado para perder peso, sino para solucionar problemas de los diabéticos. Por tanto, no tiene la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar la obesidad.
Le llaman “la droga de Hollywood” porque promete una reducción de peso significativa y está siendo utilizada “masivamente” por artistas e influencers. Sin embargo, no se trata de un producto creado para tal fin. Es un medicamento para tratar la diabetes. Y he ahí precisamente el peligro.
Las inyecciones análogas de la GLP-1, como la Semaglutida o el Ozempic, diseñadas para controlar la diabetes tipo 2, provocan, adicionalmente un efecto en el peso. Esta razón ha generado un uso descontrolado y, en ocasiones, problemas de disponibilidad en las farmacias.
El sobrepeso y la obesidad son enfermedades crónicas para las que constantemente estamos buscando un “milagro”. Si bien es cierto que los medicamentos mencionados ayudan a perder entre un 5% y un 10% del peso, también tienen un “efecto rebote” importante. Se ha demostrado que, después de su uso, las personas retoman el 50% del peso perdido.
Su uso debe ser indicado por un médico entrenado en la dinámica de dichas drogas. Un examen físico y analíticas iniciales son fundamentales para ver el estado inicial del páncreas, debido a que la inflamación de este órgano es un efecto secundario grave.
Además, provoca otros efectos indeseados como náuseas, vómitos, diarreas, hipoglucemia, enfermedades de tiroides, distensión abdominal o reflujo gastroesofágico.
Mi recomendación es no dejarse llevar por las modas de las celebridades de turno, que recomiendan un fármaco que en sí no está creado para perder peso, sino para solucionar problemas de los diabéticos. Por tanto, no tiene la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar la obesidad.
eldiariony.com