martes 17 de junio de 2025 21:52 pm
Search

Jesucristo es el centro de mi vida: Un testimonio de fe, esperanza y redención.

Tres creyentes de la comunidad también comparten sus testimonios:

María Altagracia Reynoso (Washington Heights, NY):

“Jesucristo me sacó de una profunda tristeza tras la pérdida de mi esposo. Su palabra fue mi refugio. Hoy soy voluntaria en mi iglesia y llevo esperanza a otras viudas como yo.”

Pedro Núñez (Bronx, NY):

“Cuando estuve en prisión, fue una Biblia lo que me devolvió la libertad verdadera. Jesucristo cambió mi corazón, y hoy ayudo a jóvenes en riesgo para que no repitan mis errores.”

Rosa Inoa (Queens, NY):

“Soy madre soltera y lucho cada día. Pero no estoy sola: Cristo me fortalece, me da fe para criar a mis hijos en el camino correcto y me recuerda que mi esfuerzo no es en vano.”

Por José Zabala, creador de contenido

Nueva York – En un mundo cada vez más convulsionado, donde el ruido exterior muchas veces nos desconecta de lo esencial, me detengo a reflexionar sobre una verdad que sostiene cada paso que doy: Jesucristo es el centro de mi vida. No es solo una afirmación espiritual, sino una realidad que guía mis decisiones, mis pensamientos, mis acciones y mi compromiso con la comunidad.

¿Por qué Jesucristo es tan importante en mi vida? Porque fue Él quien me dio una segunda oportunidad cuando más lo necesitaba. Su palabra, sus enseñanzas, su sacrificio en la cruz y su amor incondicional me transformaron. No soy perfecto, pero en Cristo encontré dirección, propósito y consuelo. Jesucristo me enseñó a servir, a perdonar y a amar sin medida, incluso cuando el mundo me decía lo contrario.

Como comunicador y creador de contenido, sé que tengo una responsabilidad social. Pero antes de ser comunicador, soy hijo de Dios. Todo lo que hago, lo que escribo y lo que comparto tiene como fundamento el amor que recibí de Cristo. Él me enseñó que la verdad debe proclamarse con valentía, pero también con misericordia.

En cada proyecto que desarrollo, cada comunidad que visito y cada historia que cuento, llevo a Cristo como guía. Porque sin Él, mi trabajo no tendría sentido. Él me recuerda que cada vida tiene valor, que cada persona merece ser escuchada y que el amor es el lenguaje universal que sana las heridas más profundas.

En este mes de reflexión y renovación espiritual, invito a todos, sin importar su religión, a conocer el amor de Jesucristo. No es una religión, es una relación con el Salvador que te dice cada día: “Ven a mí, que yo te haré descansar”.

Jesucristo es importante en mi vida porque me rescató, me dio propósito y me enseña a vivir con humildad, fe y esperanza. Y si lo hizo conmigo, también puede hacerlo contigo.

Suscríbete para que recibas a tu Email las Noticias de Hoy calienticas...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MÁS NOTICIAS